La movida de la derecha para frenar acuerdo NM-FA para liderar la Cámara
El diputado socialista, Manuel Monsalve, emplazó al futuro ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, a actuar con transparencia.
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En medio de la vorágine que implica que ayer fuera la última sesión del actual período legislativo y que mezclado con emotivas despedidas se continuara acotando el acuerdo por la presidencia y las comisiones de la Cámara de Diputados, en la Nueva Mayoría expresaron públicamente el temor de que desde Chile Vamos hayan bloqueado la posibilidad de que la votación del 11 de marzo no sea secreta. Esto, con el fin de captar votos del actual oficialismo y lograr llegar con uno de los suyos –la diputada Paulina Núñez (RN) es la principal carta- a la cabeza de la testera.
Aunque la “sospecha” está desde hace varios días, ayer fue el diputado Manuel Monsalve quien la expresó públicamente, secundado por su par Daniel Núñez (PC). Todo comenzó porque el martes pasado en la mañana se votaría un proyecto de modernización del Reglamento de la Cámara. Sin embargo, eso no se concretó porque la derecha no dio la unanimidad, exigiendo el respeto de un tecnicismo, por lo que se debió convocar a una sesión especial el mismo día en la tarde.
En esta segunda ocasión, tampoco se votó, porque la oposición decidió votar artículo por artículo de manera de dilatar la sesión hasta que se cumplió el horario de la convocatoria y se debió postergar para la próxima semana. Más relevante aún es que desde hace unos meses la Democracia Cristiana promovía la idea de que la votación se hiciera pública y no secreta, como es actualmente.
Con el paso del tiempo los demás partidos de la futura oposición se fueron sumando a esta idea. De ahí que se intentara introducir una indicación para terminar con la votación secreta, pero la UDI se negó a dar la unanimidad para ingresarla.
Algunos representantes de la actual oposición admiten que la votación secreta le permitiría al sector captar votos de la NM, pensando particularmente en la DC, pero sin descartar al Partido Radical e, incluso al Frente Regionalista, donde en su minuto la diputada Alejandra Sepúlveda llegó a la presidencia de la Cámara tras pactar con la derecha.
El quórum requerido por la NM y el FA para imponer su acuerdo es de 78 votos; no obstante, el alcanzado representa a 83 diputados, cifra que se debería traducir en igual número de sufragios si el pacto es respetado por todos. Algo difícil de comprobar en una votación secreta.
Por lo mismo es que Monsalve emplazó al futuro ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, a que transparente con quién y qué está negociando la derecha para lograr obtener alguna presidencia de la Cámara, ya que “lo peor es que hoy esto se haga a escondidas y no se sepa cómo están negociando. No queremos repetir lo que ha ocurrido en política en casos donde, finalmente, se terminan comprando votos parlamentarios”. Y si bien no quiso apuntar a ningún partido explícitamente, en la NM y FA no se descarta que algunos representantes de la DC pudieran desconocer el acuerdo encubiertos por el secreto del voto.
Además, lamentó que no se haya podido concretar un acuerdo para modificar el Reglamento de la Cámara y hacer más transparentes algunos procesos, como el de la votación de la mesa.
En todo caso, al cierre de esta edición aún no se firmaban los respectivos acuerdos ni en la Cámara ni el Senado. Si en la primera no se respetara el acuerdo, sería el actual presidente, Fidel Espinoza (PS), el que estará presente en la ceremonia de cambio de mando del domingo y se realizaría una segunda votación el martes 13. Mientras que en el Senado tampoco se había suscrito lo convenido.